EN DEFENSA DEL ODIO
Las emociones no son morales
Por: Luis Oswaldo Bernal Correa
Ensayista y filósofo
EL RITO DE LA SONRISA
Camino por esta vida y escucho
por diversos medios y en boca de muchas personas un afán enfermizo por sonreír a
ultranza, como si fuera la sonrisa parte de un rito, una obligación moral, una
estrategia de supervivencia, una táctica de conquista, como si fuera una
promesa de un mundo mejor, como si no pudiera ser de otra manera.
Veo a gente empeñada en hacernos
creer que hemos vivido en un profundo error toda nuestra vida, que si creemos
que vamos a estar bien eso se traduce inevitablemente en “estar bien”, en “estar
feliz”, todo amparado bajo la lógica del “amor”. Sí, amor (quizás la palabra
más vilipendiada de nuestra cultura, la más prostituida, y por ende, la de menor valor).
¿Amor? Sí, todo hoy gira entorno
a la ilusión de creernos “buenos y felices”, y negar y ocultar todos los demás aspectos
de nuestra existencia y de nuestra naturaleza que no encajan en el patrón de las
sonrisas, del amor, de la buena energía, de la paz, del positivismo, de estar
con Dios.
Pues bien, heme aquí denunciando
la farsa que es continuar creyendo en la mono facetica naturaleza humana. No
tenemos una sola cara, no somos buenos por naturaleza ni cosas parecidas: somos
animales complejos, y como tales no somos reductibles a un tipo de moral, ni a
un conjunto de reglas conductuales que nos llevarán al cielo o que nos
garantizarán el éxito.
LA REPRESIÓN DEL AMOR
La lógica del amor, esa que niega
nuestra naturaleza compleja y amoral, que oculta convenientemente nuestros
lados oscuros, nuestras pasiones y deseos es la que quiero denunciar como una
enfermedad psicosocial. No es nuevo este planteamiento, Jüng ya planteaba que existen en nuestro ego elementos, partes esenciales que nos constituyen y que dejamos ocultas y configuran nuestra sombra que se compone "de deseos reprimidos e impulsos
incivilizados que hemos excluido de nuestra auto imagen, es decir de
cómo nos vemos a nosotros mismos"[1], afortunadamente ya
lo había denunciado, pero como nadie lee se queda en el olvido y crece la
ilusión de que hemos avanzado, por lo que -al parecer- darle paso a la animalidad es volver atrás
en nuestro camino hacia la perfección o el desarrollo.
¿Cómo vive alguien que se niega a
aceptar que como humanos el ODIO nos es connatural? Vive con culpa, vive
reprochándose por sus pensamientos y deseos, por sus omisiones y por sus actos.
Alguien que niega el odio es alguien que presa de sus “buenas y loables
acciones” será no solo represor de su naturaleza, sino que se convierte en
represor de la naturaleza de los demás porque NUNCA tolerará a quien alejándose
de sus patrones morales logra abiertamente ir contra situaciones, personas y al
final el mundo entero.
LA VIRTUD DEL ODIO
El ODIO, en sí mismo es una emoción
natural que emerge de nuestra condición existencial, todo ser humano que se
relaciona con otros verá emerger en su vida el ODIO, como impulso, como
reacción, como postura y como emoción. El odio, contrario a lo que las
opiniones de moda plantean, NO ES MALO. El odio ha sido homologado moralmente
bajo la perspectiva judeo cristiana como el origen de todo lo negativo y reprochable
que sucede en el mundo y la vida; y hoy quiero decir exactamente todo lo
contrario: EL ODIO NO ES UNA CATEGORÍA MORAL como nos han hecho creer, ni lo es
tampoco el AMOR. Por muchos discursos que intenten recubrir de adornos nuestra
naturaleza, clasificándolas en conductas aceptadas y reprochables, afirmo que el
ODIO es una virtud, tanto como el amor o la solidaridad.
¿Por qué? Porque así como la
historia nos ha enseñado con creces que muchos actos infames se han cometido en
nombre del amor, he de señalar que no acepto la tesis según la cual no es
permitido odiar, o que debemos agachar la cabeza cuando odiamos algo, solo por
el hecho de odiarlo. El odio o el amor son emociones propias de nuestra
condición humana, y las acciones que tomemos sobre nosotros, las cosas, el
mundo y “los otros”, pueden o no tener relación con nuestras emociones, pero
hay que dejar atrás la ilusión de creer que ODIAR te hace malo, y AMAR te hace
bueno. No hay deber aplicable a nuestras emociones, por más inteligencia
emocional que intentemos desarrollar, las mejores acciones no siempre son
alentadas por el amor o los buenos sentimientos, así como las peores obras
humanas no fueron alentadas por el simple Odio: los hijos de Dios siempre son
prueba de ello.
LO QUE ODIO
Odio la injusticia, la rechazo
con la fuerza de mi vida, y ese es un privilegio que mi naturaleza me permite.
Odio la corrupción, odio a los pedófilos, odio la insolidaridad, odio que me
roben, odio sin temer por ello.
El odio y el amor, así como las lágrimas
y las sonrisas deben separarse, dejarse libres y comprender nuestra naturaleza
fragmentaria como un “collage” que vamos conociendo e interpretando día a día.
No hay visiones absolutas sobre nuestra naturaleza, así como no hay relaciones
metafísicas entre lo
BUENO = BELLO = VERDAD=AMOR=DIOS/
ODIO=MALDAD=FEALDAD=MENTIRA=DEMONIO.
EN SÍNTESIS:
- El odio y el amor, sólo bajo perspectivas como las judeocristianas se homologan moralmente con el bien o el mal. Y esto es un error, un enfermizo error.
- El odio
es una reacción propia de nuestra naturaleza.
- Mientras
más nos empeñemos en ocultar que el odio hace parte de nuestra naturaleza,
más prolongaremos una visión mutilada de nosotros mismos.
- Sólo
cuando empecemos a comprender el odio como parte de nuestras emociones,
empezaremos a superar una de las más antiguas barreras que la religión, la
teología y parte de la filosofía ha puesto sobre nuestra visión del ser
humano.
- Sólo
una visión antropológica moralmente decadente puede seguir sosteniendo que
nuestra naturaleza es indigna, y proponerle a la humanidad rutas para
dejar de ser lo que somos para que a través del camino de la culpa, el
reproche y el miedo nos convirtamos en santos.
- Odiar nos recuerda que somos humanos, tanto como amar. No es mejor persona la que ama que la que odia. Alguien nos dijo que “no debíamos”, y nunca nos explicaron por qué. Sólo empezamos a negarnos dicha posibilidad, a reprocharnos y empezamos a decir que el odio nos llevaba a la infelicidad, al rencor y a la muerte.
ADENDA CRÍTICA:
¿Cuánto tiempo pasará para que entendamos que el odio no es la causa de nuestros más grandes problemas?
No basta decir "si no es el odio, entonces qué es..." El camino al exterminio de los demás, de la intolerancia, de la violencia, del rechazo... se ha agrupado en la palabra "odio", pero déjenme decir que difícilmente una explicación tan SIMPLE comprende lo complejo de estas acciones bárbaras que han revelado la más profunda y oscura faceta de nuestra naturaleza.
REFERENCIAS
[1]Humanismo y conectividad: "Las Sombras de Jung en las organizaciones" En: http://humanismoyconectividad.wordpress.com/2007/09/03/la-sombra-de-jung-en-las-organizaciones/
ELOGIO DEL ODIO: http://www.desastres.org/pdf/elogio.pdf
FOTOMONTAJES CONTRA EL ODIO.
http://www.eluniversal.com.mx/primera/38172.html
http://www.movimientocontralaintolerancia.com/html/publicaciones.asp
El respeto: camino hacia la convivencia:
REFERNCIA IMAGEN 2:
REFERENCIA IMAGEN 3:
REFERENCIA IMAGEN 4:
5 comentarios:
EL ODIO... es un fantasma que nos persigue... y lo hemos negado por tanto tiempo que nos parece extraño como si no naciera de nuestra alma...
Neckel
También tiene mucho que ver la connotación que se le ha dado a la palabra (Odiar/odio), el uso en los textos, en las expresiones, los medios masivos, etc.
Igualmente estamos en la "onda" del positivismo, del amor, de la buena energía y eso también tiene mucho que ver, las personas no quieren aceptar lo que tu planteas, el odio como una expresión natural del ser humano, una manifestación que es -pienso yo- incontrolable, pese a que las personas lo intente en busca de la felicidad absoluta.
Buenas reflexiones.
Muchas gracias por sus comentarios... Creo que nos empeñamos tanto en negar lo que vemos en el espejo que preferimos creer que es otra persona la que nos acompaña, y quien a la vez es la culpable de todos los males....Claro!! Nunca nosotros!! Nunca!! Sin embargo, reconocernos autores de nuestras pasiones "Non sacta" es más difícil de lo que parece porque nadie está preparado para ello.
Gracias Neckel, Gracias Rose.
Totalmente de acuerdo. Visto el odio como oposicion pasional hacia algo que va contra nuestros principios (y no moral...), es absolutamente sano. Solo quien se permite odiar puede amar. Lo que varia es la intensidad, la forma de expresarlo, y la finalidad del odio. Si el odio es ciego, es tan peligroso como el amor ciego...
Todo en su justa medida.
Muy bueno el post en plena era new age donde todos quieren equilibrarse a traves de clases de yoga para luego volver a sus casas o al trabajo a matarse con los demas! PURA HIPOCRECIA!
Muchas gracias Lucila: Agradezco el tiempo que tomaste para leer y comentar este ensayo, sin duda me han gustado tus palabras en especial estas "Solo quien se permite odiar puede amar"... y me agradan porque ponen de presente la intensidad de dos sentimientos que suelen presentarse como excluyentes y sin relación alguna, y la verdad emergen de mismo espíritu apasionado de la vida.
Nuevamente gracias, espero que te pases por aquí otra vez y puedas leer otro texto, próximamente estaré publicando más ensayos.
Publicar un comentario