27/3/20

El COVID 19 Y EL MIEDO A LA POBREZA



Por: Luis Oswaldo Bernal Correa

Dedicado a  Sara, Angélica y Alejandro 
con la esperanza de que aporten soluciones al mundo.

Mapa de Bogota Contagio COVID vs Pobreza. 7 abril 2020


1. ¡Exagere y verá cómo lo atienden!



Un país en el que hacer "shows" exagerando síntomas de cualquier enfermedad es la mejor carta de entrada para ser atendido rápidamente en el servicio de urgencias, debería ser tomado como el más grave síntoma del estado actual de nuestro sistema de salud.


Muchos están molestos y preocupados por la cuarentena y apuntan sus críticas hacia el gobierno y su poca atención a los "menos favorecidos" (un eufemismo convencional para la pobreza extrema y la miseria socioeconómica) de Colombia. También les preocupa el desempleo, el desabastecimiento y el contagio por el COVID 19, las muertes y la parálisis del sistema económico.

En medio de este escenario, el egoísmo florece más rápido que la solidaridad porque el miedo se estimula hasta con mentiras, pero la generosidad de dar es el resultado de una gran sensibilidad y una conciencia racional y de valores humanos elevados.

Dicho esto, los casi 1.500.000 casos de contagio y los cerca de 90.000 muertos en el mundo a 8 de abril, resultan abrumadores para cualquier persona informada y con un nivel de análisis básico. Estamos hablando de que Colombia es el 0,1% del total de casos mundiales, pero que el riesgo de impacto se estima en proyecciones como las siguientes: 

"Tenemos que se presentarán 3.989.853 casos. De ellos 3.251.730 serán leves, 187.523 serán críticos, y 550.600 serán severos


En complemento es bueno saber que en Colombia el 5,98 por ciento de la población tiene más de 70 años. Si se trata de 48 millones de personas, más o menos 2.700.000 están en altísimo riesgo. [...]

Para la Procuraduría el 82 por ciento de los contagiados permanecerán en casa con síntomas leves, el 15 por ciento tendrá atención extra hospitalaria con síntomas moderados y el 3 por ciento será hospitalizado con síntomas severos.

Según lo anterior, cerca de 200.000 colombianos tendrían que disputarse esas 60 mil camas. " 1


No obstante, las cifras en Colombia se aproximan a los 2000 casos, y en 17 días se han incrementado de 306 casos (el 23/marzo) a 1780 casos el (7/abril) (Referencias 2 y 3) y este crecimiento en los casos se ve en televisión como el conteo de votos en las elecciones: lejano y con muy poca credibilidad.

Así como van las cosas tenemos: sistema de salud no apto para la crisis, problema estructurales de orden social, político y económico aflorando, egoísmo a flor de piel y COVID 19 en expansión.


¿Entonces cómo detenemos una pandemia si los más vulnerables se exponen diariamente debido a su necesidad de sobrevivir, lo cual los deja ante el dilema hambre o enfermedad?

caricatura 1

2. El "miedito" a la miseria



Es ahora cuando la pobreza llama a la puerta de quienes hasta hace unos meses tenían vacaciones, empleos, negocios y un plan de ingresos y deudas controlado: toda una "clase media".

Así las cosas, la miseria se cierne sobre más y más personas que alargan los centavos y el mercado para no contagiarse en las calles, ni en los supermercados; mientras otros que no tienen nada, van a buscar lo poco que la sociedad les brinda: dosis de asistencialismo (bonos, familias en acción, donaciones, etc.), trabajos mal pagos (prestación de servicios, por horas, turnos nocturnos, trabajadoras(res) sexuales, etc.), condiciones inhumanas de vivienda, educación, salud, transporte y seguridad.

El miedo aflora porque parece que empieza el descenso socioeconómico para muchos cuando los ahorros se agotan (si es que ahorraban), cuando el mercado se acaba, cuando con plata en mano sales a buscar algo y no hay nada; entonces, recuerdas que la plata no se come, por lo que ahora muchos gritan al gobierno: ¡Dónde está mi subsidio! ¡Dónde está mi ayuda! ¡Yo también necesito! ¡Acaso no soy una persona como ustedes! ¡Yo también soy pobre!

En medio de estos gritos se revela un hecho: el Estado colombiano tiene una deuda histórica en todos los aspectos estructurales de la sociedad.

Ahora el gobierno intenta dar dinero y ayudas para minimizar las necesidades y apaciguar los ánimos, lo cual es su deber y ojalá logre conjurar la crisis. Sin embargo, está claro que el sistema de salud sigue sin mejorar y sin estar listo para atender la demanda por parte de los pacientes, que en caso de seguir la expansión del virus, llegarán a miles de personas.

El COVID 19 parece quitar las telarañas mediáticas y deja al descubierto nuestras vergüenzas como país: corrupción, pobreza, mala educación, crisis en salud, desempleo, indiferencia, violencia intrafamiliar etc.

¿Quiénes serán los más afectados? Seguramente, los pobres y abandonados del sistema social y económico.

Los mismos que salen a trabajar hoy, probablemente serán los más afectados que saturarán las camas, los recursos y la atención antes de que llegue la pandemia a los más vulnerables (adultos mayores y personas con sistema inmune comprometido).

El escenario puede mejorar o no, pero el punto crítico es que esta renovada "preocupación" por los pobres hoy es un "falso moralismo", ya que estos mismos pobres han estado a nuestro lado por décadas, junto a los desplazados, a los enfermos,a los líderes asesinados y a los trabajadores informales e independientes.

Hoy muchos empiezan a preocuparse por los excluídos sociales ya que temen que les dejen sin mercado, sin víveres... sin recursos. Y es que la delincuencia que más miedo genera hoy es la asonada, el saqueo, el robo donde no se logra identificar al "delincuente" del pobre, aunque como se sabe, los delincuentes que incomodan son justamente los "delincuentes pobres", ya que los "ricos" tienen mansión por cárcel. ¡Qué dilema no saber exactamente a quién excluir de la sociedad o a quién confinar para evitar contagios! -pensará algún facho, de esos que llevamos dentro.


caricatura 2

3. ¿Y la economía cuándo mejorará?


El sistema económico que hace unos meses nos alimentaba, hoy parece dejarnos desamparados descubriéndose la mascarada y la ilusión que es ganar unos pesos, la farsa de los "vendedores de humo" (Youtubers e Influencers  inútiles y estúpidos, no son todos), el fraude de los "independientes" que dependen más que ninguno (con el agravante de estar enajenados por discursos libertarios ingenuos, de autosuperación o de banales emprendimientos), ahora se valoran los trabajos estables aunque mal pagos como ser maestro o recientemente despreciados por el gobierno como ser ingenieros, ser psicólogos o campesinos. Trabajos que no dependen de los likes, trabajos reales donde tratamos de dejar un mundo mejor.

El mismo sistema económico de exclusión social y los mismos medios de aislamiento que hemos aprobado y disfrutado en el capitalismo hasta hace unos meses como vivir en ciertos barrios, acceder a ciertos servicios de mejor calidad, disponer de mejores medios de educación y comodidad vital etc., hoy parecen perder valor, por lo menos en la mal llamada e ingenua "clase media" colombiana que compra con deudas (tarjetas de crédito y préstamos bancarios o "gota a gota") todo lo que la televisión y la red les ofrece, solo para sentir que ya no son del "montón de pobres", pero sin poder parar de trabajar un día o disponer de libertad económica porque cuando les falte la salud o el contrato de independientes o por horas, su economía caerá como una piedra lanzada al fondo del río. 

En conclusión: este #COVID19 ha sacudido a la humanidad en general recordándonos que somos pobres aunque tengamos DirecTV y un auto en el parqueadero; y que no distamos mucho de quien está bajo un puente buscando techo y comida porque las "clases sociales" son definidas por las realidades económicas de facto y no por "la ley de atracción", el karma, o la información sobre el dólar o el meme de las redes sociales. Eres pobre aunque hasta ahora te hayas enajenado creyendo lo contrario.

Todos compartimos la misma condición humana, los mismos miedos y tras los saldos bancarios, todos amamos, odiamos y nos enfermamos.

Al final del día, aun en medio de la crisis sanitaria y laboral, sino NO somos capaces de cuidarnos con todos los recursos a nuestra disposición, lo lamentaremos.

Pero además si no logramos corregir los errores de nuestro sistema económico y político para que sea justo y equitativo, habremos perdido una oportunidad única para ser solidarios y probar que podemos ir mas allá de nuestros habituales miedos egoístas que siguen fragmentando nuestra adolorida sociedad.

Referencias

Cifras tomadas de: 

1. 27 de Marzo. Según la proyección del gobierno, no habrá cama pa’ tanta gente: César Lorduy https://diariolalibertad.com/sitio/2020/03/27/segun-la-proyeccion-del-gobierno-no-habra-cama-pa-tanta-gente-cesar-lorduy/


2. Datos 23 de marzo. 
https://colombia.as.com/colombia/2020/03/23/tikitakas/1584962502_459757.html 

3. Datos 27 de marzo.


23/3/20

Tres oportunidades que nos brinda la Pandemia


Por: Luis Oswaldo Bernal Correa

¿Estas corriendo?


En su libro "La sociedad del cansancio"(2010), el filósofo Byung-Chul Han nos presentó un espejo de nuestro desesperado estilo de vida donde se desaparecen límites y se estimula la producción a toda costa, incluso sobre nosotros mismos y nuestra vida, aplastando la pobre subjetividad que se construye ahora y la escasa tranquilidad del ocio. 

Y así vamos corriendo como Hamsters encerrados en una rueda de ejercicios que desean mostrar que hacen más, que saben más, que producen más (incluso si no están en jornada laboral), que nada los limita (ni su familia, ni sus horarios, ni su condición social o económica y menos su salud o las enfermedades causadas por sus trabajos), que dan resultados en el menor tiempo, por menos dinero, o que persigue grandes causas y compromisos empresariales o grandes ideales de vida (la aparente filantropia publicable en redes sociales a cambio de likes) que los llevan a dar "todo de sí" convirtiéndose en empleados o ilusos independientes que dicen ser sus "propios jefes" cuando son esclavos de sí mismos, de las necesidades o de las ambiciones sociales.



En medio de esta estúpida competencia nos llegó una pandemia que nos ha obligado a PARAR, por lo menos a una inmensa mayoría, y quienes no pararon han CAMBIADO.

¿Vas a parar?

Sin embargo, hay trabajos vitales que no pueden detenerse, ni virtualizarse y dichos trabajadores exponiendo su vida siguen adelante. Otros, deben obligatoriamente teletrabajar porque sino morirán de hambre o se verán en serios aprietos económicos, pero pueden hacerlo desde casa. 

Existen aquellos a quienes por suerte les han dado vacaciones anticipadas o suspendido trabajos sin afectar por ahora la estabilidad económica. Y al final de la lista están los que ahora son desempleados (informales, vendedores, mercaderistas, o despedidos, etc.), que se suman a los ya antiguos desempleados previos a la pandemia.

La pandemia parece que nos eclipsa. Algunos se consumen en el caos real de no hallar comida, y otros en el caos virtual del casi obseno conteo de muertos, infectados y curados.

Otros se creen inmunes o inmortales, y pese a la cuarentena, se exponen y "rompen" las reglas como adolescentes que quieren probar algo, luchar contra las autoridades o revelar la teoría de la conspiración que los alienta, cuando no es plena y llana ignorancia irresponsable.

Otros mantienen la calma, se cuidan, se informan, tratan de aportar lo suyo desde la cuarentena y se presentan más concientes de sí mismos, la situación y los demás.

¿Y si hay que parar por qué no aprovechar ciertas oportunidades?


Así las cosas, es preciso que la pandemia NO ECLIPSE esta única ocasión para ser mejores seres humanos.

Que ahora que las cosas han parado o cambiado, la pandemia no nos quite por miedo, caos o necesidad las siguientes oportunidades: 

1. ESTILO DE VIDA: Elevar nuestra conciencia respecto a nosotros y nuestro estilo de vida generalmente consumista, derrochador y efímero.

Que reflexionemos sobre aquello a lo que dedicamos tiempo y su valía, así como las consecuencias de nuestro paso por el mundo. Es hora de cuestionar aquello que perseguimos como ideal de sociedad y que nos deja justo al borde del caos en un mundo que solo piensa en el "éxito personal", una idea que se revela como fraude frente al valor de la vida o de la supervivencia.

Descubriendo lo esencial que es cambiar para que el mundo y el planeta que habitamos sea mejor, y lograr por mérito un lugar en la naturaleza, sin despreciarla o atacarla sin piedad como hasta ahora.

2. FAMILIA: La familia es nuestro mayor baluarte, esos seres amados por sangre o elección que acompañan nuestra existencia y que pueden ahora estar en riesgo, lejos o cerca, pero en riesgo.

Esta familia que muchas veces no conocemos por dedicarnos a llevar "un pan a la mesa", esta familia con la que muchos ni conviven, ni conocen porque no les importa dado que se consumen en los ambientes digitales o físicos de trabajo, entretenimiento o estudio.

Es hora de poner a prueba nuestra capacidad de convivir, escuchar colaborar, aprender y amar.

3. NOSOTROS MISMOS: En un escenario que nos exije ser concientes de nuestros actos (dónde estamos, qué tocamos, con quién hablamos etc.) es fundamental que saquemos tiempo para nosotros mismos y evitar que la pandemia nos eclipse y nos consuma.

Es momento de reflexionar, de sentir y de pensar en nosotros mismos, la vida y las decisiones que estamos tomando. No es hora de "tener una guerra imaginaria contra la vida" (rabia, frustración, dolor), es hora de mirar de frente la existencia y lo que sucede a nuestro alrededor para replantearnos si aquello que hacemos día a día es lo que queremos, y de no ser así, cambiarlo.

Es hora de tomar decisiones y aprovechar esta situación, no para ocuparnos y fingir "éxito" en medio de las redes sociales, sino por el contrario poder pausar la maraton de vida que llevamos y hacer el respectivo balance.

Estas son oportunidades que no podemos dejar que la crisis nos "quite", y ojalá no nos escondamos en el afán de "producir" o de negar lo que se está viviendo.

No afirmo que esto sea "bueno" en medio de la pandemia, ya que no comparto la ilusa visión de sacar de algo malo, siempre algo bueno; pero es innegable que hay ciertas oportunidades que si las tomamos podrían servir para que la PANDEMIA NO NOS ECLIPSE y al finalizar este episodio, quienes sobrevivan, puedan hacer los cambios requeridos por el planeta, por la sociedad y por cada uno para dejar de ser la penosa carga que lleva a rastras la vida de este planeta hace -especialmente- unos siglos.


Referencia:
Imagen hombre mascarilla. Tomada de: https://www.freepik.es/foto-gratis/hombre-mascarilla-quirurgica-al-aire-libre_7343385.htm

Imagen mujer mascarilla. Tomada de:

18/3/20

Comparsas entre amigos: el regreso a Arbeláez



Por Luis Oswaldo Bernal Correa

Dedicado a mis amigos y a mi padre que disfrutó esta que fue su última Navidad.

Llega el fin de año y en Colombia suenan desde hace más de dos meses canciones populares que atiborran las radios con ritmos tropicales que anuncian la navidad, un año más que se cierra, las penas, la salud y las dichas del porvenir; mientras que en otros lugares del mundo las melodías son distintas y entre jingle bells y villancicos regionales esperan la noche de los regalos que en latinoamérica acostumbra ser la noche del 24 de diciembre.

Esta época, es una época de regresos, el retorno de los hijos a sus hogares, a sus amigos, a su pueblo, el retorno por vacaciones, el retorno por el afecto, el retorno por el placer del retorno, el regreso a una vida que sigue su trayecto en el pueblo que nos vio nacer, el lugar atesorado a donde invitamos a los amigos que aún no han tenido el placer de conocer este terruño de felicidad llamado Arbeláez.

Fue en diciembre de 2016 cuando se hizo presente la necesidad de participar en el festival decembrino de nuestro pueblo. En esta ocasión es César quien nos convoca, ha estado pensando en participar con una idea para una comparsa, pero necesita más gente, así que poco a poco convoca a los amigos que están de regreso.

¿Qué tal si hacemos un carro de valores y montamos toda la situación que se presenta cuando los guardias recogen el dinero del algún lugar?  Así se gestó una comparsa. Cualquiera puede pensar en los muchos días y horas de preparación que tiene el montaje de una comparsa, y ciertamente muchas toman tiempos extensos para lograr todo lo que se proponen, el nuestro es un caso más divertido e intenso.

Una tarde, sin muchos preparativos ya nos encontrábamos en la casa de Elkin y su familia, estaba Edison, César, Elkin, Mabel, y yo, iniciando el trabajo de pensar la mejor manera de crear desde las armas hasta los trajes, un desborde de creatividad sin ningún otro fin que divertirnos, cero estrés y muchas risas, bromas y manualidades para poder crear todos los implementos a utilizar. 

Lo primero fue arreglar las cañas de “castilla” que generosamente habían sido donadas para crear las armas, las mismas armas con las que uno jugaba de niño imaginando que eran de verdad pero con muertos de mentiras. Así mismo fueron nuestras armas, poco a poco Edison, Elkin, Mabel, y yo limpiamos y cortamos los trozos de caña para crearlas: desde las más pequeñas pistolas hasta la más grande de las “bazucas”. 

¿Cómo las creamos? La respuesta está en el arte la cocina, en la habilidad maestra de César para crear engrudo, y las lecciones que me daba para heredarme la técnica… sin duda un secreto que se ha usado por generaciones, mientras rasgábamos papel periódico… mucho papel periódico que sumergido en el engrudo pasó a envolver  las cañas y a dar vida a las “armas”, mientras Don Pedro Ortiz, el papá de Elkin con su habilidad en la costura nos ayudaba con el diseño y confección de los “chalecos antibalas” característicos de los guardas de seguridad hechos en lona de concentrado.



La noche corre rápida mientras nos percatamos de lo tarde que es y que a pocos días aún quedaba mucho por hacer. Afortunadamente, los buenos amigos que siempre piensan en todo nos han traído empanadas y un líquido vital producido por la empresa de licores de Cundinamarca.

Al finalizar la jornada, concluimos que el nombre de nuestro grupo sería FULL 80, qué otro nombre sino este podría identificar nuestra generación y esta experiencia de alegría y creatividad que se gestó a partir las bandas sonoras que esa noche gracias a la señora Albeniz (la mamá de Elkin) nos acompañaron. Cerramos la noche asignándonos tareas para el otro día, de modo que avanzáramos por separado y lograr tener todo listo para la presentación.

Al segundo día de labores se continuó con la confección y arreglo de los chalecos “antibalas”, Edison, Elkin y Mabel ya se encontraban trabajando en el carro de valores, que se construiría en cartón y sobre la base de un carro de balineras que se encontraba adelantando el padre de César, Luis Lalinde. 

Por otro lado, yo había adelantado el diseño de los billetes con los que buscábamos dar un concepto crítico a nuestra comparsa, andaba en búsqueda del tema musical para nuestra presentación, el cuál terminó siendo la canción de "Los Magníficos" (The A Team). Ese día nos logramos ver un momento en la noche, y seguimos con el proceso de las tareas que nos habíamos asignado.

Finalmente llegó el día de la presentación, ya estábamos sobre el tiempo y había cosas que arreglar aun. Llegaron todos los amigos, paulatinamente llegó Flor Sanabria (mi esposa), Gonzalo Lalinde (Hermano de César) y un amigo invitado, Emily (Hermana de Edison), mi padre Luis Bernal, Luis el padre de Gonzalo… todos los que de una u otra forma hacían parte esta comparsa estuvieron allí. 

Mientras unos ayudaban a pintar los logos de nuestra comparsa llamada “INVERSIONES SANTOS S.A.”, otros daban los últimos retoques de pintura al carro de valores, el “exosto”[1]  brillante, la parrilla delantera elaborada con un panel de luces de oficina en desuso, las llantas que al final tuvimos que fijarlas de un modo especial para que el carro se pudiera desplazar.

Entre tanto, los demás ya estaban corriendo para ubicarse en el punto de partida, mientras tarde, los subimos presurosos las calles inclinadas de nuestro pueblo hacia el lugar que nos correspondía.

Cuando nos dimos cuenta que ya habían empezado el desfile e íbamos retrasados, corrimos y mientras lo hacíamos entregamos dinero impreso con el mensaje crítico de que nos ivan a subir el IVA al 19% y la gente como si nada, llevabamos armas y poniéndonos chalecos negros (como finalmente quedaron pintados) sobre camisetas blancas llegamos al lugar que ocupabamos en el desfile.

Incluso esta carrera final fue el punto de cierre perfecto para el logro de unos amigos que quizás vuelvan a estar reunidos solo en el siguiente diciembre, o si estamos de “de buenas” en las siguientes ferias y fiestas porque así son los regresos, porque así es que nos une la amistad y la vida compartida en un pueblo del que somos hijos, porque así son las “Comparsas entre amigos cuando regresan a Arbeláez”. Nos veremos pronto amigos.




[1] http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-14491058

14/3/20

¿Quiere saber quién tiene tapabocas en Colombia?


Por: Luis Oswaldo Bernal Correa

Ayer tuve una cita médica, hace un mes y 15 días fui diagnosticado con Cáncer Gástrico etapa IV y mi tratamiento es paliativo.

Mientras eso sucedía en mi vida hace apenas unos días, los noticieros hacían crecer cada vez el impacto informativo del coronavirus al principio como un tema lejano, luego fue la OMS la que habló de epidemia y luego de pandemia, después se cambió el nombre a COVID-19 y como pólvora el virus pasó de país en país mientras se acrecentaba el miedo.

Las cifras se presentan alarmantes, pese a que no han llegado a ser comparables a nivel mundial con otras enfermedades como el SARS o el MERS, o en Colombia con el Dengue, y de hecho "3 de los 7 coronavirus causan infecciones respiratorias en los seres humanos mucho más graves e incluso a veces mortales que los demás coronavirus y han causado brotes importantes de neumonía mortal en el siglo XXI" ¹ según la doctora Brenda L. Tesini MD, University of Rochester School of Medicine and Dentistry.

Pero evidentemente, estamos en un punto crítico en el que el miedo manda, algo así como la "fobio-cracia", si se me permite el neologismo, el gobierno del miedo. 

O sino cómo entendemos que en la era de la información, se revele la incapacidad humana general para hacer uso racional de la misma, o lo que es igual, no hemos desarrollado la inteligencia requerida para analizar, comprender y actuar racionalmente con base en la información y el conocimiento que poseemos sobre el mundo, la ciencia, la salud y los virus en este caso.

Una inmensa cantidad de personas en Colombia han decido despreciar voluntariamente toda la información relevante y verídica sobre la situación del #COVID-19 y en general sobre las consecuencias, cuidados e impacto real del virus y se han aferrado a sus miedos, lo que no solo acrecienta la paranoia, sino que crean con sus decisiones la realidad que tanto temen, tanto así que si hubieran actuado de manera prudente y racional estarían haciendo más por su salud y la de otros de lo que creen.

Esto se materializa en el acaparamiento de tapabocas y antibacteriales que no solo escasean en el mercado, sino que han subido sus precios en un 300% y 400% y esto en los pocos lugares donde aún se consiguen. (Unidad de 500 pesos a 2000 o cajas de 10000 o 15000 hasta 40000 o 60000 pesos)

Mientras el libre mercado avanza entre oferta y demanda y el valor fluctúa, me asomé hace unos días por la ventana del auto para contar la gente que usaba tapabocas y apenas llegue a 10 personas.

¿Dónde están los tapabocas que compraron los paranoicos que esperan el fin del mundo tras la llegada de COVID-19 a Colombia?

Están guardados, cuidados como un baluarte para un día que quizás no llegue; pero entretanto las personas y pacientes que vivimos con inmunodepresión debido al Cáncer, al SIDA, al EPOC o a enfermedades respiratorias graves y crónicas, e incluso para los profesionales de la salud que deben protegerse realmente debido a los vectores de las salas de urgencias, debemos pagar obligatoriamente el sobrecosto de los tapabocas porque los necesitamos ahora para salvaguardar nuestra vida ante la gripa normal o cualquier afección menor. Pagaremos y buscaremos tapabocas y antibacterial para evitar nuestra muerte y prolongar nuestra vida ahora, no por si llega el apocalipsis algún día.

Sin embargo, si no hay medios de barrera para protegernos seguramente seremos los primeros en sufrir las consecuencias mortales del COVID-19 o cualquier otra afección, mientras paranoicos, otros se imaginan vivir el fin del mundo desde sus pantalla de celular, desde las redes sociales y desde los televisores sin darse cuenta que su acaparamiento tiene una directa relación con el crecimiento del riesgo para pacientes con inmunodepresión como yo, y sin utilizar los tapabocas que compraron hace semanas.

Verán las cifras, y se autocomplacerán respirando tranquilos en sus hogares con su teletrabajo, sin reconocer que de no haber acaparado y de haber actuado racionalmente, habrían salvado más vidas de las que se imaginan y no verían llegar el fin del mundo.

Es momento de analizar, comprender y actuar racionalmente pensando más allá de nuestro usual miedo y egoísmo.

Referencias.

¹ https://www.msdmanuals.com/es/professional/enfermedades-infecciosas/virus-respiratorios/coronavirus-y-s%C3%ADndromes-respiratorios-agudos-covid-19,-mers-y-sars

Imagen Propia

2/3/20

Dios ya NO ayuda a quien madruga. (Cuento corto)

Dios ya NO ayuda a quien madruga.

                                                                        Por: Luis Oswaldo Bernal Correa






Ella se levantó muy temprano porque afortunadamente hace dos meses consiguió un trabajo -que la verdad no tiene buena paga, sólo recibe el salario mínimo-. Eran las 5:30 am, y la emisora que escuchaba ofrecía buena música, aunque en breve empezarían las noticias. Un tinto y al baño. El agua está fría, siempre está fría. Ya han pasado 15 minutos y sale envuelta en la toalla para su cuarto, se viste y mientras tanto deja preparando su desayuno: huevos, café y pan. Se arregla el cabello y se maquilla. El desayuno está listo. Debe comer rápido, ya son las 6: 04 am y si se demora mucho, todo su día se verá muy mal porque aunque faltan casi dos horas para iniciar su jornada laboral: el reto es llegar al trabajo.

Sale presurosa a las 6: 17 am, con un retraso de 2 minutos; ya no camina, corre. Debe reponer el tiempo que seguramente perdió en el baño. Llega a la estación y la fila es larga, todos se mueven inquietos con los cabellos mojados y observando adelante  como si ello incidiera en la velocidad con que la gente saca su dinero de la billetera, paga el ticket y entra al sistema. Todos quieren ir rápido porque una vez dentro la velocidad no existirá, en su lugar la angustia los poseerá.

Ella mira su reloj presurosa, y observa ansiosa el aviso de la llegada de su transporte, aunque las veinte personas que hay por delante de ella con la ilusión de abordar la detendrán en la estación por lo menos otros diez minutos.

Es la única que pudo subirse al bus, y ya han pasado 25 minutos, es algo intolerable e inevitable. Ahora, debe impedir que la roben durante el recorrido, mientras reza porque no haya ningún inconveniente en el trayecto.


Ha llegado justo a tiempo, tras la habitual carrera a su trabajo. Esquiva talentosamente a otras personas que transitan suavemente por la acera, y se pregunta ¿qué hacen para ganarse la vida que no les exige correr en las mañanas? ¿Será que viven cerca? ¿Será que son millonarios o pensionados? Mientras acelera su paso, golpea a un hombre por esquivar a otro que salió a pasear a su perro, como todas las mañanas. Pide disculpas sin voltearse a mirar, ello implicaría perder segundos valiosos, y no puede darse ese privilegio. Agitada, llega a la puerta de la empresa. Descansa. Ya no es suficiente levantarse temprano. Ha llegado tarde nuevamente, es la vez número 60, quizás esta vez la despidan. O tal vez cuente con suerte porque los jefes siempre llegan más tarde. 


REFERENCIA


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