Por Luis Oswaldo Bernal
Las últimas historias narradas
Todos los que nacimos entre los años 60’ y 80’ hemos sentido lo difícil que es comunicarse con nuestros padres, salvadas las excepciones claro está. Los que nacieron en los años previos difícilmente soñaron con esa posibilidad sobre todo cuando el tema de conversación era “cómo vivieron nuestros padres su juventud”.
Al final –como hablaba hace poco con una amiga- saber quiénes eran nuestros padres en su juventud se termina reduciendo a ver un “corto cinematográfico” de una película que probablemente nunca conoceremos en su totalidad.
Tal vez paulatinamente mientras nos vamos convirtiendo en adultos se irán abriendo las posibilidades de conocer más sobre ellos, quizás ellos con el paso del tiempo, como es habitual, abrirán su corazón y empezará ese tiempo privilegiado en el que las historias abundan casi como una carrera contra reloj, historias orales con la magia de las palabras, del tono, de las lágrimas y de las sonrisas cómplices de una vida en retrospectiva.
Pero eso somos nosotros, los últimos hijos de uno siglo que se fue, el siglo más agitado del que tengamos memoria; pero otra cosa serán las décadas por venir.
¡Papá me agregas como tu amigo en Facebook!
Ahora hablemos de los nuevos adultos, nacidos en el siglo pasado y que crecimos sin un computador en nuestras casa, nosotros que vimos aparecer las pantallas a color, los teclados, los teléfonos móviles, la internet, las páginas web, los blogs, y por supuesto, las redes sociales.
En Colombia la red social que más usuarios tiene hasta el momento es Facebook, y allí la mayoría dedicamos varias horas a la semana a compartir fotos, imágenes y comentarios. Parte de los que somos está puesto allí como un libro abierto para nuestros amigos, otros usuarios como si fueran “estrellas” comparten “todo con todos”.
Pero en diez años nuestros hijos seguirán creciendo a la par con las tecnologías, y la tendencia actual de estar “conectados” a través de las redes será para entonces absolutamente normal.
En ese momento nuestros hijos, que como va la cosa usarán muy pocas palabras, no tendrán que pasar por la situación “prueba” de preguntarnos cómo era nuestra vida cuando éramos jóvenes porque la red estará saturada de “videos viejos” sobre lo que hacíamos y vivíamos, sobre nuestras vidas, nuestras guerras, nuestros problemas… sobre los que ahora somos.
Y allí, justo cuando la curiosidad estalla, nos llegará a nuestro “Inbox”, un mensaje que dirá “Papá, me aceptas como tu amigo”. ¿Qué haremos? ¿Los aceptaremos como “amigos” para que conozcan nuestras vidas transparentemente? ¿Qué podremos decirles después? ¿Conocerán nuestros viajes, nuestras opiniones, nuestras palabras y quejas, nuestras fotografías de fiestas, borracheras y excesos? Hoy vivimos el presente, nada más, pero el futuro nos espera con sorpresas y con preguntas con líos bastante especiales porque ésta situación llegará a nosotros inevitablemente.
Algunas Notas de Interés
"Una encuesta de Consumer Reports divulgada este mes dice que la mayoría de los padres de niños menores de 10 años “parecía mayormente no preocupada por el uso que le daban sus hijos a esta red social”.(CNN)
- El 48% de los padres son amigos de sus hijos en Facebook
Lo que necesitas saber de la vida 'secreta' de tus niños en internet
Tu hijo odia que uses Facebook
Referencias:
Imagenes tomadas de:
http://www.espectadornegocios.com/media/xcore//6257_1319200046_nina_internet.jpg
http://mexico.cnn.com/media/2011/03/21/mom-kid-girl-laptop-phone-getty.jpg
http://www.lomejordelface.com/wp-content/uploads/2011/12/j%C3%B3venes-facebook-.jpg
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