8/3/12

LA FEMINIDAD PUESTA A PRUEBA Paradojas, tensiones y educación


LA FEMINIDAD PUESTA A PRUEBA
Paradojas, tensiones y educación

Por: Luis Oswaldo Bernal Correa
                                                                                                                                                            Ensayista y Filósofo


1.       Introducción

Una mujer camina libremente por una calle de Bogotá a las 3:45 am de un sábado cualquiera tras una fiesta que recién termina. Nadie la persigue para castigarla, nadie le reprochará, y seguramente, no irá al infierno por ello.  Pero hace 30 años habría sido abiertamente señalada y castigada, hace 50 años dicha situación sería inconcebible excepto para las damas prostitutas -quienes ocuparán un lugar especial más adelante en nuestra reflexión-.

En Colombia como en el resto de Latinoamérica muchas cosas llegan tarde, entre ellas las ideas. Por esta razón, los procesos feministas que hicieron posible las libertades actuales de las mujeres de nuestro país son tan recientes; no por ello menos importantes pero para desconcierto y vergüenza de todas y de todos sí son ampliamente desconocidos.

En este texto abordaré lo que he dado en llamar las paradojas de la feminidad posmoderna, y no porque como sociedad hayamos llegado a los proceso posmodernos de pensamiento y desarrollo, sino porque dados los avances tecnológicos de nuestro siglo, estamos al tanto de lo que ocurre en sociedades “vanguardistas” en las que se da la redefinición de los roles sociales del hombre y la mujer, y dada nuestra conciencia mediática creemos que lo que vemos en otras partes del mundo sólo debe ser copiado aquí y ya. Ser mujer es más que una cuestión de moda.

2.       Adiós a las Mujeres imaginarias

No existen mujeres universales como no hay hombres universales cuando hablamos de procesos históricos. Nuestra historia está reducida a la Cultura Occidental, esa trama de significaciones –como dice Geertz- que nos permite identificarnos como parte de una tradición. Es decir, que fuera de nuestra historia dejaremos a muchas otras formas culturales de ser mujer aunque al finalizar nuestro texto veremos el carácter universal de la situación femenina.

De forma general podemos identificar tres grandes Hitos en este trazado genealógico de la feminidad occidental:


  •   La mujer Greco-latina
  •   La mujer Medieval
  •   La mujer Renacentista



Antes de la época Grecolatina no existía la cultura occidental. La mujer ocupa un lugar definido en la sociedad como cuidadora del fuego de los dioses, de la hoguera, del Hogar. Aunque se encarga del hogar no asume de forma determinante la educación de los hijos, sobre todo si eran varones. Las niñas estaban destinadas a la obediencia, a la belleza, a la formalidad y a la reproducción. No les estaba permitido asumir ningún cargo público, ni caminar solas sin sus maridos. Contadas algunas excepciones, las mujeres no eran más que madres, exceptuado a las mujeres que se dedicaban a la prostitución, y en cualquiera de los casos estaban bajo el control del hombre. No las salva ni siquiera la existencia de un Panteón plagado de diosas femeninas como Afrodita, Atenea o Hera. Es oportuno recordar cómo los hombres se disfrazaban de mujeres en las obras teatrales.

En la época Medieval, la mujer no mejoró su condición, y de hecho con la versión cristiana del mundo se le consideró la fuente primera del pecado a través del mito del paraíso y las figuras de Adán y Eva. Dicho relato asoció a la mujer un carácter moral de pecado y maldad, se era mala por ser mujer; sin embargo, en esta cosmovisión cristiana la maldad fue redimida a través de otra figura femenina como la de María la madre de Jesús, quien gracias a su ciega obediencia redime a la mujer (prefigurada en Eva) y la acerca de nuevo a Dios a través de su rol de madre, momento en el que la maternidad se eleva a carácter divino.

Como se evidencia, la mujer sigue siendo mantenida en la esfera de lo privado, y su reino es la intimidad que en todo caso se  presenta de forma rigurosa pues ya no son permitidos los comportamientos que vayan en contra de la sumisión debida al esposo, si en la época grecolatina había posibilidades de aparición en espacios públicos ocasionalmente, en esta nueva época si llegase a haber algún tipo de aparición ésta debía estar sujeta a los parámetros religiosos: la religión asigna el rol a la mujer.

Este contexto cristiano dio origen a la institución conocida como la Iglesia, la cual es abiertamente masculina, sin desconocer las nuevas formas de redención de la mujer a través del servicio a Dios mediante la consagración religiosa.

Un caso que merece especial atención en este momento es la aparición de las brujas como el modelo femenino de maldad, toda vez que en el proceso de expansión del cristianismo se obligaba tanto a hombres como a mujeres no creyentes a someterse a los deberes de la nueva fe. Muchos pueblos ofrecieron resistencia ante el proceso de aculturación forzosa, máxime cuando sus cosmovisiones como las de los pueblos Celtas estaban basados en una perspectiva femenina del mundo, de la naturaleza, y de la tierra, de allí que la Iglesia proveyera herramientas para efectuar conversiones entre los más renuentes tales como el miedo, la persecución y la satanización de los roles opuestos a la doctrina cristiana como consta en el Malleus Maleficarum, a propósito de las mujeres:

Pero como en estos tiempos esta perfidia [la brujería] se encuentra con más frecuencia entre las mujeres que entre los hombres, como lo sabemos por experiencia, si alguien siente curiosidad en cuanto a la razón, podemos agregar, a lo ya dicho, lo siguiente: que como son más débiles de mente y de cuerpo, no es de extrañar que caigan en mayor medida bajo el hechizo de la brujería.

Porque en lo que respecta al intelecto, o a la comprensión de las cosas espirituales, parecen ser de distinta naturaleza que los hombre, hecho respaldado por la lógica de las autoridades, y apoyado por diversos ejemplos de las Escrituras.

Pero la razón natural es que es más carnal que el hombre, como resulta claro de sus muchas abominaciones carnales. Y debe señalarse que hubo un defecto en la formación de la primera mujer, ya que fue formada de una costilla curva, es decir, la costilla del pecho, que se encuentra encorvada, por decirlo así, en dirección contraria a la de un hombre. Y como debido a este defecto es un animal imperfecto, siempre engaña. (Kramer & Sprenger, 1486, p.50)


Finalmente, una vez terminada la época medieval el mundo occidental entra en nuevos procesos de transformación a través del renacimiento de las artes y de las letras en Europa.

Estos procesos en la perspectiva femenina aunque significarán cambios no serán capaces de levantar la visión que sobre ella se cernía tras más de diez siglos de medioevo y una tradición grecolatina tan profunda.

La mujer aparecerá en el centro de las concepciones estéticas, y será objeto de admiración por sí misma, ya no por su maternidad como lo demuestra el retrato de La Gioconda elaborado por Leonardo Da Vinci, y cuyo contenido sigue siendo fuente de estudios simbólicos, culturales y artísticos.

El mundo empieza a redefinirse con la construcción de las ciudades, los comercios, las universidades laicas, la imprenta (nuevamente inventada) entre otros grandes logros. Sin embargo, las transformaciones no favorecerán particularmente a la mujer pues seguirá confinada a oficios no remunerados, así como al hogar en condiciones que no mejoraron sustancialmente en comparación con las de la edad media. Ya las familias no vivían en los establos con los animales y los niños, la cocina, el heno y sus excrementos; ahora vivían en casas urbanas, inquilinatos, pobreza y letrinas sin aseo pues la ingeniería se recuperaría lentamente desde la desaparición  del imperio romano.

Pese a las transformaciones externas la moral y la religión cristiana lograron sobrevivir al declive del sistema económico y social del feudalismo; empero, la religión cristiana en su versión centralizada en Roma tuvo que enfrentar su propia transformación en manos de los reformadores protestantes, uno de los más memorables es Martín Lutero quien para indignación de la Iglesia Romana (pues a partir de este punto aparecerán otras Iglesias Cristianas) se casará con Catalina de Bora una ex-monja alemana. Sus planteamientos fueron profundos y radicales, baste recordar uno de los principales en contra de la venta indiscriminada de indulgencias para financiar la construcción de la basílica de San Pedro en Roma, la gran empresa del papa Julio II.

Con esta reforma la mujer entraba en un nuevo rol en el marco del cristianismo luterano al poder llegar al sacerdocio, lo que hasta entonces, era una vocación exclusiva para los hombres. Sólo nos llega como dato curioso la leyenda de la papisa Juana.

Según la leyenda, mujer que ocupó el trono papal. Su supuesto pontificado tuvo lugar, según diferentes relatos, entre los siglos IX y XI. Una versión asegura que nació en Inglaterra (o en Alemania, de padres ingleses) y se enamoró de un monje benedictino con el que huyó a Atenas disfrazada de hombre. Tras la muerte de su amante, ingresó en el sacerdocio, se convirtió en cardenal y fue elegida papa como Juan VIII, sucediendo al papa León IV (847-855). En el 857, durante una procesión papal, dio a luz un hijo, con lo que se descubrió que era una mujer. La papisa murió durante el parto. (Encarta, 2009)

3.       Mujeres: la cosa es de plata.

Las mujeres hasta este punto de la historia occidental no han entrado como sujeto colectivo a pensarse a sí mismas, y pasará tiempo para que lo hagan de forma consciente. Sin embargo, después de la industrialización la feminidad en la sociedad occidental jamás volverá a ser la misma.

a)       Revolución Industrial: El trabajo os hará libres.

Ninguna transformación social se produce cómo los libros de historia lo muestran, como si en un año y un día exactos todos se hubieran puesto de acuerdo para cambiar las cosas, por eso los hechos se unen, unos y otros para generar cambios a lo largo del tiempo.

Nadie creyó que la aparición del nuevo sistema económico industria basado en el capitalismo iba a modificar tan profundamente la sociedad al desterrar del campo a los antiguos siervos y agruparlos en las ciudades creando por primera vez la miseria y la pobreza en la escala en que la conocemos hoy.  Estos nuevos pobres, masificaron las ciudades y fueron la mano de obra de las industrias nacientes. Poco a poco los hombres fueron incapaces de dar abasto con tanto trabajo, el aumento de las enfermedades y el incremento de la mortandad. Así fue cómo la sociedad industrial sacó de los hogares a los niños y a las mujeres y los puso a trabajar en las industrias explotándolos hasta la muerte, sin embargo, el precio que pagó la sociedad fue la destrucción estructural de la familia: la mujer por fin había salido del hogar a ocupar un escenario masculino al margen de la religión y de la moral.

Ella se convirtió en trabajadora, con menos sueldo y mayor explotación, pero se convirtió en trabajadora que ganaba su propio dinero.


¿Pero acaso las mujeres dedicadas a la prostitución no eran ya independientes desde antes? ¿No ganaban su propio dinero? Lo cierto es que el desprestigio moral en que la cultura occidental cristiana ha sumido a la mujer dedicada a la prostitución no ha permitido ver con claridad las condiciones en las que se desarrollaba este tipo de trabajo. De hecho la prostitución, contraria a la idea de autonomía e independencia con relación a los hombres que parece tener en las culturas antiguas era un escenario creado por los hombres para satisfacer sus deseos, manteniendo una oposición radical y frontal con el otro tipo de mujer que se aceptaba: la mujer reproductora.

Esta oposición hizo creer que la mujer prostituta era algo así como una empresaria de su cuerpo, pero lo cierto es que se hallaba en otro rol pero bajo el mismo yugo de los hombres quienes se encargaban de suministrar protección a sus trabajadoras y eran quienes recibían la mayor parte del dinero. La prostituta era un objeto de comercio muy apetecido en las culturas del medio oriente, sin embargo, en Grecia su perfil se fue elevando pues mientras  otras mujeres estaban confinadas al hogar  por lo general en un completo grado de analfabetismo, las prostitutas eran aceptadas en círculos literarios y de hecho, accedían a placeres y oportunidades que ninguna otra mujer conocería.

Ya en la edad media, su situación pese a que siempre se les rechazó, logró tener una mayor “comprensión” siguiendo las enseñanzas de San Agustín

que sostenía que la erradicación de la prostitución haría surgir otras formas más radicales de inmoralidad y perversión, ya que los hombres seguirían buscando el contacto sexual fuera del matrimonio. A finales de la edad media los burdeles legales florecían en toda Europa y proporcionaban importantes ingresos a los miembros corruptos del gobierno y de la Iglesia (Encarta, 2009, Véase Prostitución ).

Así las cosas, la industrialización formalizó el negocio de la prostitución grabándole impuestos y creando zonas especiales para su desarrollo. En este momento, el rol de mujer prostituta alcanzaba igual que el de la mujer reproductora un lugar diferente en la sociedad.

b)      Revolución política y simbólica: Los derechos son del hombre.

La sociedad por fin había ofrecido un lugar diferente a la mujer, y aunque seguía sometida a un orden totalmente masculino, la mujer se desempeñaba en trabajos que se creía eran incapaces de realizar. En este contexto las reivindicaciones políticas aparecían por todas partes, especialmente a las Revolución Francesa, que dicho sea de paso, promulgó los derechos del Hombre, es decir, que políticamente la mujer seguía siendo menor de edad mientras que el resto del mundo masculino ya había alcanzado la igualdad legal. La estadounidense Susan B. Anthony comenzó su lucha en favor del sufragio universal en 1851. Y para el año 1869 los esclavos habían obtenido el derecho al voto mientras las mujeres seguían esperando. La lucha por el reconocimiento político sigue dándose hasta hoy.

c)       Revolución Sexual: La mujer podrá ser infiel.

Desde finales del Siglo XVIII y hasta la mitad del siglo XX la mujer en diferentes partes del mundo inició procesos de reivindicación que le permitieron participar en los escenarios que hasta ese entonces habían sido exclusividad de los hombres. Poco a poco la mujer ganó para sí un reconocimiento a nivel político, económico, se le permitió votar, se le reconoció el estatus de mayor de edad igual que a un adulto varón, pudo heredar bienes y administrar su dinero y sus propiedades, pudo acceder a la educación general desde la más básica hasta la educación superior. La mujer estaba en una carrera que en no pocos momento se había tomado como revanchista porque se quisiera o no, varios elementos de la sociedad occidental tradicional se negaban a aceptar los cambios que venían ocurriendo.



Sin embargo, sólo hasta la aparición de la píldora anticonceptiva creada por el biólogo Gregory Goodwin en 1960, la mujer irrumpe como sujeto dotado de posibilidades desconocidas, pues dicho sea de paso, la mujer seguía ligada a la relación sexual reproductiva con el hombre, seguía ocupando el rol de madre reproductora al cual no podía sustraerse, era el último eslabón natural que por lo que se sabía no podría ser eliminado.
Ahora la mujer podía elegir tener o no hijos, lo que implicaba una total autonomía sobre su sexualidad, fenómeno que nunca  se había presentado en la historia de la humanidad. Esta revolución se da en una generación de jóvenes herederos de la desilusión y del existencialismo emergente tras el declive de los grandes metarelatos y las grandes historias de esperanza que quedaron sepultadas en las ruinas de la Segunda Guerra Mundial. Esta generación fue mayoritariamente huérfana, y no tenía ningún interés en reproducirse para dejar al mundo una nueva raza de soldados.
Ya no existía ninguna diferencia entre hombres y mujeres más allá de la condición sexual de su nacimiento, ambos podían elegir qué hacer y cuándo hacerlo. La apuesta fue vivir el presente porque la idea de construir un futuro no era atractiva después de conocer que en cualquier momento una bomba nuclear podía acabar con la vida en el planeta. Así aparece el Hipismo, el Rock, las propuestas revolucionarias alentadas por el comunismo, todas expresiones de transformación del presente en algo nuevo impensado, nada que tuviese el carácter de lo tradicional. La mujer jugó un papel fundamental en estas nuevas expresiones sociales y espirituales que marcarían una época…nuestra época.



4.       La masculinidad puesta a prueba.

Sólo hasta que la mujer inicia su proceso de identificación como ser independiente al hombre y los roles que éste le había asignado, empieza su proceso filosófico y existencial por saber qué significa ser mujer, este proceso lo encabezará la filósofa francesa Simone de Beauvoir con su obra El segundo sexo.

Hoy hace 50 años la mujer participó de la revolución sexual, y hace 50 años la mujer colombiana empezó a disfrutar de los logros que en Europa se habían alcanzado 50 y hasta 100 años antes. Por eso podemos entender fácilmente que hoy la mujer en Colombia esté viviendo la revolución que en Europa se dio hace medio siglo, con la característica especial de disfrutar de medios interactivos de comunicación como el internet lo que acelera procesos mediáticos y no siempre facilita la madurez frente a los cambios trascendentales acaecidos.

La mujer se descubre no sólo como objeto de placer sino como sujeto de placer, ella puede disfrutar de su sexualidad sin temor a quedar embarazada, puede explorar campos vetados para ella. Con esto la mujer rompe con las practicas reales y simbólicas de dominación masculina, la mujer ya no “es propiedad de su marido”, ella adquiere poder al volverse autónoma sexualmente, la virginidad, la heterosexualidad y la fidelidad se replantean pues ahora ella accede a privilegios masculinos.

Sin embargo, a manera de respuesta y reflejo cada vez que una mujer deja de hacer “algo” que tradicionalmente le había sido asignado, emerge una nueva idea de masculinidad en la que se incorporan los nuevos roles, por ejemplo: si la mujer deja tras de sí la idea de “cocinar para el hombre”; el hombre aprende a cocinar para sí mismo.  Si la mujer sale del hogar a trabajar el hombre asume –no sin recelo en los primeros años- el rol de encargado del hogar.

La figura del matrimonio como pilar de otra época es revaluada y ahora los contratos de unión marital pasan a ser civiles y no eclesiásticos;  se establecen ampliamente las uniones de hecho, y empiezan a aparecer nuevas estructuras familiares monoparentales con papá o mamá, no la pareja.

En este contexto la homosexualidad se abre camino, así como la definición de nuevos roles masculinos y femeninos como el transgenerismo, el travestismo, bisexualidad lo que hoy conocemos como población LGTBI. Así pues, la idea de la masculinidad como “macho” entra en crisis, el hombre empieza forzosamente a reconocer su parte femenina en una cultura tradicionalmente machista, hay cambios en la estética y en la educación el pluralismo emerge como realidad. Así la masculinidad hoy sigue estando a prueba porque los parámetros morales, políticos y religiosos en Latinoamérica, como se ha señalado previamente, han permanecido anclados en la visión machista de la sociedad lo que dificulta la emergencia de la diferencia sin atravesar los filtros del rechazo, la segregación y el reproche.

5.       La feminidad puesta a prueba

En la actualidad las posibilidades que tiene la mujer de asumir roles diferentes y exitosos están restringidos más a su nivel educativo que al rechazo generalizado de la sociedad. Tenemos mujeres en presidencias de países, gerencias de empresas, fuerzas armadas, y en todas las profesiones del mercado.

No obstante, la mujer se enfrenta hoy a retos particulares pues las generaciones actuales crecen en un mundo en el que las mujeres tiene “libertades ganadas”, difícilmente tendrán que luchar por un lugar en el mundo, y sus derechos están garantizados como los de cualquier otro ciudadanos.

El amplio desconocimiento de que dichas libertades son recientes, y que se sostienen con fragilidad en una cultura machista que no ha perdido su vigencia estructural hace que las mujeres tengan el reto de mantener dichas posibilidades y poder definir el rumbo del género en el nuevo siglo.

En la actualidad las tensiones a las que se exponen tanto hombres como mujeres se amparan en la falta de educación frente al tema del feminismo como proceso histórico de independencia, más allá de los gustos o las tendencias morales y religiosas.
Hoy vemos mujeres que propugnan porque se les respete la libertad de acción en temas sexuales frente a lecturas machistas (de hombre y mujeres) que las califican como prostitutas indignas y libertinas abriendo una peligrosa justificación que algunos –desadaptados sociales- usan para cometer acosos y abusos sexuales, violaciones y en los casos más lamentables el feminicidio.

En un ambiente sexualmente promiscuo tanto hombres como mujeres se vuelven víctimas de abuso en ambientes cada vez más riesgosos en una sociedad que aún no acepta los comportamientos individuales moralmente diferentes.

Asistimos a embarazos no deseados y prematuros en niñas entre los 12 y los 15 años, quienes apelan al libre desarrollo de su personalidad para iniciar su vida sexual (hombres y mujeres), no obstante, no asumen la responsabilidad y la negligencia que implica dar a luz un hijo, retornando así a su rol de menor de edad esperando que los padres (nuevos abuelos) asuman la educación y sustento del recién nacido.


Tenemos jóvenes hombres y mujeres que rechazan actos de cortesía propios de la educación machista como dar la mano… pagar la cuenta… ceder un lugar en presencia de una mujer por considerarlos retrógrados mientras se redefinen las formas de maltrato y dominio de hombres hacia las mujeres o de mujeres hacia hombres.

Seguimos creciendo en una sociedad con exceso de información y procesos nulos de formación sobre la sexualidad pues los padres creen que en la escuela sus hijos recibirán la correspondiente educación sexual; y finalmente, como lo demuestran los índices de maternidad prematura… nadie ha educado a nadie, el tabú sigue siendo una constante en nuestra sociedad.

Asistimos a nuevas formas de abusos de niños y niñas que amparados en la internet participan ingenuamente en redes y grupos de cybersexo, fomentando el sexting, el bullyng, el Grooming y creando ambientes de riesgos altísimos para una generación de jóvenes hombres y mujeres que no han entendido la fragilidad de las libertades adquiridas, no comprenden el valor de sí mismos, y no están interesados ni en condiciones de direccionar sus acciones para no perder las libertades adquiridas.

Sólo quienes estén dispuestos a asumir el reto de pensarse a sí mismos, de conocer su historia, de evaluar sus acciones podrán sobrevivir exitosamente a este tiempo. Los demás seguramente, contarán una historia de fracasos, de frustraciones y como es usual una historia de suicidio ante un mundo, unas libertades y una historia que les quedó grande. Aquí es donde la reflexión sobre el género, la historia y la sociedad toman un valor incalculable… si alguien sigue preguntándose por el valor de la filosofía he de responder que se encuentra en cada joven que logra sobrevivir a esta generación para ser una persona libre, autónoma, madura y exitosa.


Dama Formal

Las mujeres formales ocultan sus pasiones tras un vestido con encaje,
Apaciguan sus miedos en una promesa de Amor o tal vez una caricia obligada,
Desbaratan la ilusión de libertad a cambio del protagónico “ama de casa”,
Vician sus cuerpos con moralidades eclesiásticas y vacían sus tristezas en el Filtro del olvido.

Condicionan sus pensamientos bajo el yugo de “Hasta que la muerte los separe”,
Abandonan el placer para entregarse a un sometimiento necesario justificado por el sano desarrollo.

Ellas son fieles seguidoras de las falsas profecías éticas,
no usan minifalda pues consideran pecaminoso la exhibición de la parte inferior del cuerpo humano,
no dicen malas palabras pues creen firmemente
que esto es un derecho formal de sus patronos y maridos,
además a toda una dama estas palabras no le combinan
con el maquillaje sobrio y la cartera de charol,
no vacilan en seguir órdenes y normas de urbanidad
puesto que sin estas, ellas no serían unas damas coartadas pero formales.

Y si me preguntan simplemente digo:
No soy una dama formal, soy mujer y ya está.

Amarilla -  Poetisa Colombiana



Referencias

Microsoft ®. (2009) Encarta ®. Enciclopedia Digital. Artículos: Papisa Juana, Cultura Celta, Martín Lutero.
Santidrián Padilla, R. Mujeres Malas y Perversas. Madrid, España: Ediciones Edimat.

Kelly, L. (1989) Las Mujeres de la Revolución Francesa. Bogotá D.C., Colombia: Vergara-Tercer Mundo.

Kramer, H & Sprenger, J. (1486) Malleus Maleficarum: El martillo de los brujos. Trad. Floreal Maza. Ediciones Orion.

León, E. (F.S.C) (1962) Historia de la Iglesia.(12 Ed.). Medellín, Colombia: Editorial De Bedout.

Andreev, N. et.al. (1978) Economía Política Capitalismo. Bogotá, Colombia: Fondo editorial Suramérica.

Imagenes tomadas de:

12/2/12

¡MI PAPÁ TIENE FACEBOOK! Un dilema para padres jóvenes












Por Luis Oswaldo Bernal 
Las últimas historias narradas

Todos los que nacimos entre los años 60’ y 80’ hemos sentido lo difícil que es comunicarse con nuestros padres, salvadas las excepciones claro está. Los que nacieron en los años previos difícilmente soñaron con esa posibilidad sobre todo cuando el tema de conversación era “cómo vivieron nuestros padres su juventud”.
Al final –como hablaba hace poco con una amiga- saber quiénes eran nuestros padres en su juventud se termina reduciendo a ver un “corto cinematográfico”  de una película que probablemente nunca conoceremos en su totalidad. 

Tal vez paulatinamente mientras nos vamos convirtiendo en adultos se irán abriendo las  posibilidades de conocer más sobre ellos, quizás ellos con el paso del tiempo, como es habitual, abrirán su corazón y empezará ese tiempo privilegiado en el que las historias abundan casi como una carrera contra reloj, historias orales con la magia de las palabras, del tono, de las lágrimas y de las sonrisas cómplices de una vida en retrospectiva.

Pero eso somos nosotros, los últimos hijos de uno siglo que se fue, el siglo más agitado del que tengamos memoria; pero otra cosa serán las décadas por venir.

¡Papá me agregas como tu amigo en Facebook!



Ahora hablemos de los nuevos adultos, nacidos en el siglo pasado y que crecimos sin un computador en nuestras casa, nosotros que vimos aparecer las pantallas a color, los teclados, los teléfonos móviles, la internet, las páginas web, los blogs, y por supuesto, las redes sociales.

En Colombia la red social que más usuarios tiene hasta el momento es Facebook, y allí la mayoría dedicamos varias horas  a la semana a compartir fotos, imágenes y comentarios. Parte de los que somos está puesto allí como un libro abierto para nuestros amigos, otros usuarios como si fueran “estrellas” comparten “todo con todos”.

Pero en diez años nuestros hijos seguirán creciendo a la par con las tecnologías, y la tendencia actual de estar “conectados” a través de las redes será para entonces absolutamente normal.  

En ese momento nuestros hijos, que como va la cosa usarán muy pocas palabras, no tendrán que pasar por la situación “prueba” de preguntarnos cómo era nuestra vida cuando éramos jóvenes porque la red estará saturada de “videos viejos” sobre lo que hacíamos y vivíamos, sobre nuestras vidas, nuestras guerras, nuestros problemas… sobre los que ahora somos.

Y allí, justo cuando la curiosidad estalla, nos llegará a nuestro “Inbox”, un mensaje que dirá “Papá, me aceptas como tu amigo”. ¿Qué haremos? ¿Los aceptaremos como “amigos” para que conozcan nuestras vidas transparentemente? ¿Qué podremos decirles después? ¿Conocerán nuestros viajes, nuestras opiniones, nuestras palabras y quejas, nuestras fotografías de fiestas, borracheras y excesos? Hoy vivimos el presente, nada más, pero el futuro nos espera con sorpresas y con preguntas con líos bastante especiales porque ésta situación llegará a nosotros inevitablemente.

 Algunas Notas de Interés

"Una encuesta de Consumer Reports divulgada este mes dice que la mayoría de los padres de niños menores de 10 años “parecía mayormente no preocupada por el uso que le daban sus hijos a esta red social”.(CNN)

  1. El 48% de los padres son amigos de sus hijos en Facebook
  2. Lo que necesitas saber de la vida 'secreta' de tus niños en internet

  3. Tu hijo odia que uses Facebook

Referencias:
Imagenes tomadas de:
http://www.espectadornegocios.com/media/xcore//6257_1319200046_nina_internet.jpg
http://mexico.cnn.com/media/2011/03/21/mom-kid-girl-laptop-phone-getty.jpg 
http://www.lomejordelface.com/wp-content/uploads/2011/12/j%C3%B3venes-facebook-.jpg

20/12/11

Adiós al SECRETO: Las Verdades Incómodas de la "Ley de la Atracción"



“El individuo deja de ser él mismo; adopta por completo el tipo de personalidad que le proporcionan las pautas culturales, y por lo tanto se transforma en un ser exactamente igual a todo el mundo” (Erich Fromm)

Por: Oswaldo Bernal
@filosofogriego
Empecemos.

La SUPUESTA “ley de la atracción” expresada comercialmente bajo el sobrenombre de “El secreto”, no merece por sí misma tanta atención como para dedicarle unas palabras, pero sino viera a mi alrededor a tanta gente que respeto y aprecio hablando con extraña naturalidad de ella y usando ciertos enunciados con un tono de “nueva verdad”, y “de última revelación” no tendría sentido este ensayo. Así que espero provocar el estallido de tan abundantes “ideas y placebos” que se exhiben en las librerías, en las cajas de los supermercados de cadena, en los puestos callejeros de literatura pirata y en el internet, dejando dichas creencias y a quienes las apoyan ferviente e ingenuamente convertidos en un rompecabezas de dudas y vacío, algo así como la materia básica de la que estamos hechos.

El derecho a la estupidez.

Yo soy un franco defensor de la libertad de expresión, ello incluye la defensa de cualquiera que exprese sus ideas aunque no las comparta, como es el caso. Para mí, esto de “El Secreto” y la “ley de la atracción” no son más que un sancocho de afirmaciones -con el perdón de los sancochos que son tan ricos-[1] que hábilmente se ofrece como la más reciente fórmula “salvadora” para una vida consumista sin sentido. Y la verdad, dicha fórmula es bastante patética para mi gusto. Sin embargo, debo justificar mis desmanes verbales para no pasar como un intolerante cualquiera.

No me vengan con creencias.

Todos creemos en algo, eso es claro aunque no es obvio para todos. Las creencias hay que deshipotecárselas a la religión, porque hay quienes piensan que cuando de creencias se trata, en el fondo estamos hablando de Dios… o cosas más importantes. Las creencias son las ideas que hemos seleccionado o heredado de nuestro contexto (familia, amigos, pareja, enemigos, TV… etc.) y que nos sirven de balsa para sobrevivir en este tormentoso río de la existencia. Son el traje que llevamos puesto en este mar de símbolos que es nuestra realidad humana.

Y si bien es indiscutible que cada quien puede creer en lo que se le antoje, lo cierto es que cuando uno empieza a ofrecerle su balsa a otros para que se “salven” como uno, se entra así en el terreno de lo público[2] y debemos atenernos a la primera de las consecuencias, o sea, la crítica[3].

Adivinen: No hay secreto.

No hay SECRETO, ese es el punto. Cuando vi por primera vez el video EL SECRETO (que es igual al libro del mismo nombre) creía que sería algo así como El código Da Vinci, divertido y mordaz -por supuesto que me equivoqué-.

Al paso de los minutos me sentí contemplando una desbandada de pájaros descontrolados, como cuando alguien en un escrito forzosamente cita autores con el propósito de “hacerlos decir” cualquier cosa; la diferencia es que aquí no eran obligados. Físicos, metafísicos, esotéricos, filósofos –confieso que me da mucho qué pensar que un “filósofo” haya salido ahí[4]- y otros perfiles aparecen despachándose en aseveraciones, análisis y reflexiones de carácter esotérico, y acomodadizo sobre -¡Oh! ¡Sorpresa!- “una de las grandes verdades del Universo”: La ley de la atracción.

Ley de la atracción que fue reciente y convenientemente redescubierta – ¡He ahí el Secreto… comercial!- y divulgada en un filme “documental” exitoso dirigido por Drew Heriot –con el perdón de los documentalistas- que abrió la puerta a cosas menos espectaculares, de hecho, muy básicas para mi gusto. Pero como si fuera poco no sólo hay uno, ni dos, sino tres DVD diferentes sobre “El Secreto”, todos son una redundancia de afirmaciones inconexas entre ideas de auto superación, teorías científicas, esoterismo y psicología motivacional de masas.

Platón y Da Vinci no eran amigos.


Creer que realmente existe algo así como el SECRETO, es como creer en las conspiraciones transnacionales de control mundial[5] o en las historias del código Da Vinci… -ahora, si usted cree fervientemente en estas conspiraciones mejor ajústese el cinturón de seguridad porque va a sentirse en caída libre sin paracaídas.

El punto es que la idea de que los grandes personajes históricos como Platón, Da Vinci y Newton “descubrieran” una Verdad  Universal por diferentes caminos, o  que se trasmitieran de forma hermética dicha verdad “originaria” a través de los siglos, resulta atractiva, interesante e ingenua, demasiado ingenua al carecer de elementos históricos de juicio que respalden semejante afirmación.

La ausencia de elementos históricos hace que tan espectacular narración, no pase de ser un chisme mal contado que no merece llamarse ficción –por respeto a la literatura de ficción que es tan valiosa-. NO HAY SECRETO, porque NADIE OCULTO NADA. PORQUE NO HUBO, NI HAY NADA QUE OCULTAR.

Adiós al Egocentrismo de la ciencia.

Sea este el momento para actualizar a quienes inocentemente creen en versiones anticuadas de la ciencia. Me refiero a quienes todavía creen que la ciencia en general la constituyen un grupo selecto de científicos encerrados en sus laboratorios que de cuando en cuando determinan que algo es científico asignándole un carácter de verdad absoluto, negando por consiguiente toda explicación alternativa, y obedeciendo a sus criterios gremiales, algo así como si los científicos fueran un conjunto de mentes con un solo pensamiento.

Hoy la ciencia es quizás más abierta que nunca, y NO se erige como verdad absoluta, sino que se enfrenta a los fenómenos del mundo con la mente y los ojos bien abiertos, ahora los resultados se consideran como perfectibles atendiendo a la mejora en las explicaciones y a la mejora en los procedimientos y sus instrumentos, pero también se reconoce competente, capaz y responsable. No se juega a hacer ciencia, por eso no todos pueden incursionar en dichos terrenos. Del mismo modo, los científicos se reconocen como agentes con intereses particulares y personales, con conflictos y creencias, con límites y posibilidades. Hoy la ciencia se constituye como un proceso permanente, colectivo, crítico y riguroso en la búsqueda de la comprensión de los fenómenos que acontecen día a día en nuestra realidad.

Este es el marco en el que me ubico, y desde el cual considero detalladamente las aseveraciones de la supuesta “ley de la atracción”.



A la naturaleza no se le imponen leyes.

A mí me gustaría que en el mundo hubiera un lugar en el que la gravedad no existiera, de modo que pudiera flotar como lo hacen los astronautas en el espacio, pero lo cierto es que no lo hay, y quizás por eso mi deseo sigue vigente anhelando lo que por el momento no existe en este planeta.

¿Pero cómo sé que no existe tal lugar, si apenas conozco la geografía de mi país? Pues la cosa está en que cuando a Newton se le dio por estudiar los fenómenos de la caída de los objetos tras unas vacaciones en Lincolnshire (Gell-Mann, 1995) de donde recordamos el episodio de la manzana cayendo sobre su cabeza, sus ideas fueron puestas a prueba (crítica formal y sistemática), y cuando fueron validadas física y matemáticamente, dichas ideas entraron en el rango de leyes de la naturaleza, en la medida en que se presentaban como constantes físicas en cualquier parte de este planeta. De allí que no fue caprichosamente como se abrió paso la “ley de la gravitación” propuesta por Newton, sino que dicha ley emergió para la ciencia tras un largo y riguroso proceso de validación.

Así que cada vez que ingenuamente oigo a algunas personas enunciar la frase “Es que la ley de la atracción… esto… o aquello…” me pregunto sorprendido, de cuando acá apareció esta ley porque aunque tiene muchos seguidores no tiene muchos defensores, o por lo menos, nadie se postula como tal. Bueno, claro está que como es un secreto, la idea de fondo es que nadie sepa cómo ni cuándo apareció, pero esperan que creamos ciegamente que es verdad.

No más palabras al respecto. Esto que se llama “ley” no es ley, por lo menos en este universo que vamos conociendo, así que les ruego por favor dejar de referirse a esta creencia como ley. Y así mismo, los invito a dejar quieto el tema de la física cuántica que tan ampliamente es desconocida y tan penosamente es presentada. Porque para quien no sepa, la física cuántica es parte de la ciencia física y aunque sus objetos de estudios son particularmente “nuevos” e indeterminados -como nos señala Heisenberg- lejos está la física cuántica de caer en el terreno de los caprichos metafísicos de quienes desean convertir en ley cualquier cosa.

Más atracción, menos inteligencia: El universo moral.



Así como a mí me gustaría que existiera un lugar de ingravidez donde uno pudiera divertirse en este planeta, hay personas que desean fervientemente cosas de tipo moral y material, como por ejemplo, que los malos siempre reciban su castigo, o que los seres que amamos nunca les pase nada malo. Pero con solo abrir los ojos nos damos cuenta de todo lo contrario: los malos en la mayoría de los casos nunca son atrapados; hay gente excepcional y con una calidad humana impresionante que se ven sometidos a un sinnúmero de fatalidades que nadie desea para sí mismo, ni nadie desea para los demás –como verán este es mi deseo personal que por demás la realidad rectifica constantemente, pues sí hay gente que se desea para sí misma y para otras personas males innombrables-. No por mucho desear ganarse la lotería la gente se la gana, ni obtiene la salud, ni evita la vejez Buda bien sabía esto.

Lo clave que quiero señalar es que la “ley de la atracción”, que ya sabemos que no es ley de nada, promueve la idea de que el “pensamiento humano”[6] es rector del Universo. Es decir, que tú, sí tú, un mortal más entre los mortales sólo debes poner suficiente fe y confianza en tus deseos y el universo se encargará de conspirar a tu favor en la consecución de los mismos. Es decir, la “ley de la atracción” te invita a programarte mentalmente para que creas que pensando “positivamente[7]” el universo te corresponderá con recompensas positivas permitiéndote alcanzar tus deseos: la idea es atraer con tu pensamiento lo que desees.

Para ser más directo, los “creyentes” encuentran en la “ley de la atracción” una forma de actualizar los mecanismos para obtener favores de Dios, los dioses, los santos, los espíritus o cualquier otro ser imaginario con superpoderes, reemplazando las prácticas de buena conducta -que en occidente suelen ser los 10 mandamientos- por una interacción directa con el Universo que sólo exige del creyente una ilimitada capacidad de autoengaño para que irracionalmente, sin atender a nuestra habilidad de planear y medir riesgos, nos consumamos en la fe y en la esperanza de que TODO SALDRÁ BIEN, SIN IMPORTAR LAS CIRCUNSTANCIAS FAVORABLES O DESFAVORABLES QUE NOS ACOMPAÑEN.

Con el nuevo “positivismo” no necesitas razonar nada, basta con que tu fuerza para creer sea la indicada y el universo atraerá hacia a ti lo deseado, lo que me recuerda mucho las propagandas del indio amazónico que se basan en ponerle mucha fe a los remedios y pagar los costosos tratamientos del yerbatero más famoso de Colombia.

Aunque he de confesar que he escuchado a ciertas personas atribuyendo no solo tal poder de atracción al pensamiento, sino que dotan de características poco innovadoras al Universo personificándolo, para que en caso de que tus deseos no se cumplan –como es de esperar- refuerces tu autoengaño afirmando que “EL UNIVERSO SABE LO QUE ES BUENO PARA TI Y SI NO CONSEGUISTE “X” COSA, DEBÍO HABER SIDO POR ALGUNA BUENA RAZÓN”.

¡No te me acerques que estás triste!

Finalmente, en este marco de “positivismo” queda una última recomendación, a saber: aléjate de las personas “negativistas”. Esto es lo más gracioso de todo: ¿Quiénes son las personas negativistas? Pues aquellas que “solo se la pasan quejándose” o que viven entre problemas, o que según tu criterio personal “tengan mala energía”… en este caso, todo el que te caiga mal puede ser un candidato para excluir de tu vida… en fin, la cosa es que debes rodearte de lo “bueno=positivo” y alejarte de lo “malo=negativo”, al final esta es una suerte de maniqueísmo-místico-posmoderno.[8]

Así que más allá de los placebos que la gente guste auto administrarse, sean de corte psicológico o metafísico el punto que quiero dejar en claro es que por más que lo deseemos el universo no es un ser inteligente que interactúa con nosotros, y mucho menos nosotros controlamos el cosmos. Así las cosas, creo que la relación es inversamente proporcional, por decirlo de alguna pues mientras más personas insistan en seguir irracionalmente este tipo de “creencias” nocivas para la salud de la humanidad, menos inteligentes nos volvemos.

La muerte y la fiesta: La ingenuidad irresponsable.

No quiero pasar este punto sin decir desconcertado que escuché una entrevista realizada hace ya unos días a la Sra. Carmenza Carvajal quien hablaba en el programa “Mujeres W” de la W Radio acerca de las energías, y ponía  unos casos paradigmáticos para percibir energías: los funerales y las fiestas. La Sra. Carvajal decía que uno al entrar a un funeral percibía una carga negativa de energía, y contrario a esto en las fiestas la energía era positiva. Ustedes reconocerán lo trivial y ridículo de la anterior aseveración, pero para no dar por supuesto nada, paso a explicarlo:

Dada nuestra cultura occidental nosotros configuramos realidades simbólicas, sociológicas, psicológicas y emocionales alrededor de determinados fenómenos, entre ellos la muerte que tiene una carga negativa de dolor y ausencia. Así que si entramos en un ambiente de duelo –a menos que fuéramos piedras- tendríamos que sentir algo, y no precisamente energías negativas, porque la muerte y el dolor no son negativos en sí mismos, solo son realidades humanas. Lo que sentiríamos emerge de nuestro principio de empatía, que es la capacidad de asumir cómo el “otro” se puede sentir en determinada situación, lo que sumado a nuestra cultura no da chance para “sentirnos muy felices” en un ambiente de duelo. Por su parte la fiesta presenta la otra cara de la moneda al encarnar simbólicamente la alegría, y trasmitir sensaciones de bienestar, desenfado y gozo a quien se pone en contacto con dichos ambientes. He aquí que no son energías metafísicas o cuánticas sino actitudes y reacciones muy concretas y entendibles, aprendidas y replicadas por varios siglos.

Baste dejar en la mente de ustedes los casos mestizos que me fascinan como la celebración de la Santa Muerte en México que festejan (energía positiva) la muerte (energía negativa), o algunas celebraciones de la región norte de Colombia en donde la muerte se festeja como la partida hacia una mejor vida de un ser querido, y toda despedida que se respete incluye parranda vallenata, baile y fiesta.

Disculpen por esta mención tan puntual pero quiero mostrar, por un lado, cómo los medios de comunicación dan voz a cualquier pseudocientífico, y por otro lado, quiero mostrar la ingenuidad irresponsable con la que se abordan estos temas que en la mayoría de los casos refieren todo lo de las energías negativas y positivas simplemente a la sensación que te trasmite otra personas al interactuar con ella, por ejemplo: si alguien se opone a tus ideas tendrá energía negativa (porque no te gustó lo que te dijo), y si es al contrario será positiva. ¡Carajo! Con razón hay tanto estafador.



¿Puedo desear lo que quiera?

El punto más preocupante, y es al que me refería tácitamente unos párrafos atrás cuando hablaba de cómo tras “El Secreto” estaban “cosas menos espectaculares y muy básicas”: apuntaba al objeto de nuestros deseos, es decir, las cosas que podemos desear con la “ley de la atracción”.

Aunque pudiera resultar muy atractiva la idea de acomodar el universo a nuestros deseos, la imagen que se viene a mi mente es la de un grupo de niños halando de múltiples extremos un pedazo de tela que finalmente terminan destrozando, pero por eso quizás la “ley de la atracción” no versa sobre cualquier tipo de deseos, pues dejando de lado el deseo por la paz mundial u otras aspiraciones filantrópicas, hemos de centrarnos en cosas concretas y específicamente materiales que se constituirán la idea de felicidad que subyace a este modelo metafísico de autocomplacencia y motivación.

La cosa es la siguiente, con el fin de “visualizar” tus deseos te proponen la estrategia –que he visto replicada en tres casos cercanos- de recortar, imprimir o crear un collage con los objetos asociados a tu idea de felicidad. Así pues, vemos collages con casas lujosas, apartamentos, familias sonrientes, grandes y lejanos paraísos, automóviles, bebés, etc., y obviamente para hacer más personal tu visualización te aconsejan poner una fotografía tuya  “dentro del automóvil o la casa” con ello se personaliza el sueño.

Definitivamente el problema no está en desear cosas materiales –pues resulta inevitable en nuestra aterradora economía consumista-, sin embargo, el problema está en la reducción silenciosa que se hace de la “felicidad” (fin) a unos medios concretos: objetos de consumo (medios). Ahora bien, si alguien considera que su felicidad es la acumulación de automóviles nuevos en un garaje gigantesco, o la compra compulsiva de zapatos y vestidos, está en todo su derecho, pero no me venga a decir que esto es “deseable para todos” porque no lo es.

Soy idealista, y espero que comprendan que ir a los centros comerciales los fines de semana para calcular en qué me voy a gastar el salario del próximo mes no me genera ningún tipo de placer, excitación o sensación agradable. He de declararme amante de lo inasible, de las experiencias y sobre todo de lo inmaterial, de suerte que si a esta vida he de crearle un sentido, no será a través mi cuenta de ahorros y del placer de deslizar mi tarjeta de crédito por el lector automático que me acercará cada vez más a la felicidad que “El secreto” me ha ayudado a soñar.

Me niego a ser un engranaje perfecto de este sistema de consumo, y la verdad, los invito para que sean piezas imperfectas del sistema. Sin embargo, el punto que quiero señalar es que bajo este modelo no puedes desear cualquier cosa porque la lógica consumista que lo alienta no te permitiría llegar nunca a alcanzar tus anhelos si no son materiales.

Tus deseos deben ser concretos, y deben tener precios concretos, de modo que creas que son alcanzables –con esfuerzos pero alcanzables- , una vez los haz definido te debes dedicar con la mejor actitud a trabajar ciega y positivamente en generar el dinero para adquirirlo, esto sonriendo a todos, ocultando tus malas energías y alejándote de los problemas de los demás y sus malas energías que pueden perjudicar que alcances tus objetivos. Así pues, se inicia la lógica del deseo, nuestro deseo –material- se verá impelido por la novedad, la sensación redentora de sentirte libre y feliz comprando cosas innecesarias pero deseadas, para luego desecharlas porque habrás renovado tus deseos infinitamente como lo hace la moda y sus tendencias cíclicas y repetitivamente renovadoras.

No estamos solos en el universo consumista.

Este proceso de desintegración mental que se consolida en esta pobre y popular manera de ver el mundo, o lo que he denominado el modelo metafísico de autocomplacencia y motivación, no ha llegado de forma gratuita a nosotros. Es una respuesta sistemática a la postura existencialista –con toque pesimistas y/o realistas- que heredamos de la II Guerra Mundial. El sistema económico capitalista que se encontraba en pugna con su antítesis comunista debía propender por la generación de un ambiente de libertad y de progreso, por la creación de industria y la estimulación de la competencia, por eso debía poner a funcionar el motor básico del sistema, a saber, el consumismo.

Para ello poco a poco se configuran discursos de liderazgo empresarial, automotivación, autoayuda y superación personal tales como “sea el primero”, “cómo ser exitosos en la vida”, “sea el número uno” y “cómo volverse millonario en 5 pasos”…  que esperan alentar a las nuevas generaciones a olvidar el oscuro pasado y proyectarse hacia el futuro… consolidando la idea de superación y progreso. Estos discursos siguen apareciendo ininterrumpidamente hasta hoy con versiones recientes, y no menos vergonzosas que se venden como Best Sellers y que estimulan al lector con textos y metáforas baratas, que insuflan espíritu renovados al ánimo que decae ante un mundo que no se acomoda a los deseos de los  “auto engañados” por más positivos que sean, un mundo que no da respuestas con el consumismo a nuestras necesidades más profundas.

Así aparecen grandes obras como “Padre rico, padre pobre”, “¿Quién se robó mi queso?”, “La culpa es de la Vaca” (en sus múltiples versiones), “Mi fórmula para triunfar”, “Actitud positiva”, etc. Ha habido una crisis y el sistema ha ofrecido una alternativa, dicha salida tiene muchas versiones pero un lector aguzado detectará los mismos principios en todas ellas: la motivación mediante el consumo y el no cuestionamiento de nada.


Esta corta descripción es tan sólo una presentación de un fenómeno histórico que tiene tanto de largo como de ancho, y que requeriría más páginas de las que he gastado hasta ahora para analizarlo, sin embargo, señalo los referentes grosso modo con el fin de contextualizar un poco más este tema.

Al universo no le gustan los tristes anarquistas.

Para culminar he de señalar que las ideas propuestas por “EL SECRETO” configuran una manera de ver el universo y de ver nuestro lugar en él. Esta forma aunque carente de sentido genuino y valor, ha significado la salvación para muchas personas que sumidas en el tedio “no sabían cómo salir adelante”, y ahora se han realizado como felices miembros del sistema consumista en el que nos movemos. Este es pues un modelo omnicomprensivo que no deja nada suelto pues se postula como una realidad “anclada en la ciencia”- lo cual no es cierto-, pero que va más allá al elevarse como un modelo metafísico del consumo basado en el engaño de que nos debemos blindar de las cosas “malas” que puedan desmotivarnos y sacarnos del sueño del positivismo, por lo que se basa en la autocomplacencia asumiendo como efecto de la ley de la atracción todo lo “bueno”; y alejándose –aislándose- realmente de todos aquellos que no compartan en definitiva su visión del universo, de tal suerte que, si has aprendido bien la lección deberás sonreír idiotamente por los siglos de los siglos, pues tu motivación en el círculo del engaño no cesará jamás.

Amando los problemas…

Los problemas existen así nosotros no los deseemos, y en la mayoría de los casos las situaciones problemáticas son las más formativas que podamos tener. Nada mejor para aprender qué es lo que tenemos y sabemos que una buena derrota.

Claro está que esperamos que no lleguen dichas situaciones, pero encerrándonos en nuestra burbuja de cristal los problemas no desaparecerán. Todo problema se puede convertir en una posibilidad de éxito o fracaso, sin embargo, no será creyendo que somos buenos como saldremos adelante; todo lo contario, solo siendo buenos, lo creamos o no saldremos adelante. Las dificultades que constituyen la vida no son opcionales, son permanentes… y en ello radica la habilidad para vivir bien, en saber cómo lidiar con ellas.

“Según mi moral, en cambio, debemos respetar más aquello en lo que hemos fracasado, precisamente porque hemos fracasado”. (Nietzsche, 2004, p. 56)
Espero que tengamos la entereza de enfrentarnos en el mundo real a situaciones y personas que nos pongan a prueba, que nos exijan y de las que aprendamos nos guste o no. No podemos por lo tanto darles la espalda a los otros con la excusa de las malas energías porque el dolor y la tristeza hacen parte esencial de la vida igual que las sonrisas y las alegrías. No debemos negar nuestros sentimientos, sean los que sean, al final ser auténticos es lo único que nos queda tras esta mascarada.

Espero que consigamos motivarnos y desmotivarnos por cosas de verdad, y que aprendamos a vivir con ello, en vez de auto engañarnos para evitar el dolor. No seamos indiferentes, ni idiotas complacientes, y si hemos de superar algo superémonos a nosotros mismos y salgamos de este estado de minoría de edad -como dice Kant- que nos agobia en este nuevo siglo. Vivamos con la certeza de que nuestros actos construyen el futuro, no por fuerza de positivismo, sino gracias a nuestro trabajo cotidiano, a la pasión, a la escucha, al silencio y nuestra capacidad para imaginar, soñar, pensar y trabajar.

Deshipotecando las motivaciones

Existen muchas cosas que controlamos en nuestras vidas, y un número mayor de cosas que no controlamos; por esto, debemos estar atentos para no desgastar nuestra existencia en vano –Buda nos da buenas técnicas al respecto-. En esta medida quiero rescatar del foso desprestigiado del Secreto a la MOTIVACIÓN.

La motivación es esta idea de encontrar o asignar a las acciones cotidianas y rutinarias valores agregados que nos impulsan a ir más allá, a trabajar más duro, a dedicarnos con pasión en algo. Aquí cada quien es autónomo de poner en la perspectiva que quiera sus labores cotidianas, por ejemplo, si alguien trabaja en un cargo que no le gusta pues esto puede ser un sacrificio mientras ahorra dinero y se independiza, y en la mayoría de los casos somos nosotros quienes nos motivamos, es decir, que la automotivación ha existido antes de estos discursos de poca monta. Nosotros construimos nuestra perspectiva de vida, y en ella establecemos nuestras metas y sueños, y trabajamos por ellos: esto es tener motivación autónoma y personal. Por su parte, ver repetidamente videos y lecturas auto motivacionales y de autoayuda para que podamos soñarnos a nosotros mismos debe ser tomado como un síntoma de la incapacidad vital de nuestra sociedad para tener existencias genuinas, esta sociedad que nos aniquila y transforma nuestros sueños en catálogos de compras y ofertas, de rebajas y descuentos para nuestros fines de semana.

Así que no confundan a  quienes tienen motivaciones con los seguidores del SECRETO.

RECOMENDACIÓN PARA PROFESIONALES

Es ya un lugar común encontrar profesionales de psicología, pedagogía y otras áreas relacionadas hablando y citando “barbaridades” y percepciones metafísicas como si fueran dictámenes médicos y científicos… por favor, omitan sus apreciaciones pseudoesprirituales y dedíquense a ser buenos profesionales, sino pueden ¡renuncien! pero absténganse de incluir discursos como los del secreto y la ley de la atracción en su trabajo profesional… el daño causado es infinito y el resultado en el mundo es dañino.
Frases Finales

“Dinero, éxito y felicidad no son lo mismo”.

“No me gusta que me digan a quien debo alejar o no de mi vida, ni qué sentimientos debo ocultar, y qué cosas debo sentir. El positivismo u optimismo consumista termina siendo la máxima negación de nuestra naturaleza”.

“No hay ninguna ley en el Universo que nos asegure la FELICIDAD”

LISTA DE REFERENCIAS

Gell-Mann, Murray. (1995). El quark y el jaguar. Trad. Ambrosio García y Romualdo Pastor. Barcelona: Tusquets Editores.

Web de la Sra. Carmenza Carvajal Brand http://carmenzacarvajalb.com/

Kant, I. (2005). Crítica de la Razón Pura. Barcelona: Alfaguara.

Fromm E. (2000). El miedo a la Libertad. Madrid: Taurus.

Levi, E. (1975). La clave de los misterios. Quito: Ariel

Nietzsche, F. (2004). Ecce Homo. Cómo se llega a ser lo que se es. Buenos Aires: Longseller.

Nietzsche, F. (2006). Sobre Verdad y mentira en sentido extramoral. Bogotá D.C.: UNAL.

“El Secreto 1 y 3”. Formato DVD.

Hurtado, G. (Abril/2010) ¿Nueva Realidad? En LECTURAS. EL TIEMPO. Bogotá. D.C. p.13




[1] En Colombia y gran parte de Latinoamérica el sancocho, que por cierto es delicioso, es una “Olla compuesta de carne, yuca, plátano y otros ingredientes, y que se toma en el almuerzo”. En este caso, lo de sancocho lo digo por el revuelto de cosas, porque cualquier persona educada se dará cuenta de lo poco nutritivo de dichas ideas.
[2] No importan lo ridículas que sean tus creencias, siempre que las guardes para ti mismo. Cuando abres la boca los otros inevitablemente tendrán una opinión al respecto, y puede o no concordar contigo: He ahí la esencia de las relaciones humanas.
[3] La crítica es el ejercicio reflexivo más valioso de la cultura occidental porque parte de la base de que todo puede ser cuestionado, en búsqueda de sus errores, fallas y fortalezas. Sólo así podemos escoger entre las mejores opciones, negar este ejercicio es declararse fuera del juego y estar dispuesto a creer cualquier cosa, con o sin razones.
[4] Me da mucho que pensar, sobre todo pienso en la vergüenza que representa para el gremio de quienes nos esforzamos por hacer de la filosofía algo más que especulaciones baratas.
[5] Conspiraciones en las que  bien podría creer con tanto documental de Discovery, History y NatGeo; pero frente a las cuales no me erigiría como apologista, pues un programa de televisión no es suficiente para salir a gritar al mundo nuestras sospechas por más interesantes que sean.
[6] Del que apenas tenemos idea de qué es, y aún no comprendemos cabalmente cómo funciona.
[7] Dentro de los círculos de los seguidores del Secreto, esto se llama positivismo. Yo prefiero seguir llamando positivismo al esfuerzo de August Comte, y a la loable tarea del Círculo de Viena y su positivismo lógico.
[8] Este maniqueísmo además de ser la tendencia a interpretar la realidad sobre la base de una valoración dicotómica (DRAE), se muestra absolutamente hermético e irracional apelando a principios que niegan de antemano todo tipo de lógica o razonamiento serio, sistemático o profundo. Hay incluso quien se molesta cuando se le pregunta sobre sus creencias, y las razones sobre las que se cimientan.